CIEN VIDAS

Siempre dispuesto a pagar una cuota de felicidad a mi reina prohibida. Estremecer su corazón en medio del volcán rojo. Es la delicia de la vida hecha realidad. Sentir sus quejidos atravesando el trapo de algodón metido en su boca. Atrapada por cinta adhesiva, tratando de entender el sonido armónico de su gemido. Compañera de mi destino, no ha sido culpa de este pobre enamorado enredarme en su mirada. Ha sido el mayor placer que he tenido en el transcurso de mis cien vidas.

Soy un loco desquiciado de ojos verdes y un auténtico frenético con los azules. Cautivador de marrones, sean claros u oscuros, y agitador del terror en pupilas… Dime, mi princesa, cómo puedo entregarle mi alma sin que se apague el fuego de la tuya. Esa mirada cautivadora que arrastra al pecador a la prisión más honda y oscura de su corazón. Envuelta y revuelta, te tengo atrapada dentro de un platillo roto, lista para devorarte.

Excitado por una cosmovisión provocada por tu hermoso cuerpo delgado, que se acompaña de un largo cabello rizado negro, y por esos ojos verdes que gritan a los cuatro vientos que me sumerja en tu mundo. Mi juguete en mano está preparado para dar sus puntazos, mientras que tus ojos rojizos muestran lo pavoroso en ti, mi bella y alocada masoquista. ¿Por qué tuviste que volver a cruzarte en mi camino?

Deja de moverte. No te hagas la fuerte en mis brazos y más bien prepárate para sentir el primer puntazo. Se siente todo resbaladizo, mientras mis ojos siguen experimentando el placer que, al parecer, no ha cambiado desde la primera vez. Excitado, lo saco. Llevo mi mano a su cuello y lo aprieto. Su rostro rojo me dice que debo soltarla, pero mi instinto salvaje quiere estrangularla. ¡Pero no! Decido soltarla. Otro puntazo, y otro más duro, y más rápido; y luego muchos más que hacen que sus ojos se apaguen de placer. Al terminar, le dejo una noble sonrisa roja que se quedó vagando en el cuarto del hotel. Decido sacar el puñal de su abdomen para después pasar a sus bellos ojos verdes y marcharme en busca de mis cien vidas.

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