MIS PERROS
Reciclo versos para darle un universo a mis enemigos. Conquisto lo perdido de los años pasados. Se siente fresco y pesado al mismo tiempo. El estilo es lo único que tengo para ofrecerles a mis perros y lo tengo muy bien apresado. Ellos lo saben, que mi comando viene de arriba con temor y temblor. Por eso tengo garras que se entierran en metáforas. Es una brújula la semilla sembrada. Son como brujas que hechizan lo desconocido. Mis pisadas son melodías, mientras que tus besos y tus aplausos se espuman adentro de una laguna de mentira.
Eres tan falso como cualquier Judas que haya existido en la otra vida de mis ancestros. Es obvio, esto es un nuevo capítulo para mi lector favorito y ando vestido de Armagedón. Sí, quiero que lo sepas. Ando mágicamente en un noviazgo con la musa y ambos estamos calculando cualquier movimiento en falso. Por eso someto a peso sagrado mi don y me pregunto dónde están esos tontos, pero me detengo y miro bajos mis pies. A mi vida llegan extraños con su mundo falso, pero es raro. Todo en ellos está al revés. Sus pies en sus cabezas y sus cabezas en sus pies, y en un abrir y cerrar de ojos sacudo el polvo sobre ellos y de pronto sucede un asalto.
Mis perros se han encargado del asunto. Ellos tienen poco tacto a la hora de apoderarse del botín. Mis perros tienen piel de rinoceronte, dientes de dinosaurios, rostro humano, ojos de águila y sus corazones son de dioses inmortales. Sus ladridos claramente dicen peligro, pero en medio de esos extraños ha nacido una supuesta valiente. En su mano derecha carga la daga de la muerte. Una capucha negra envuelve su cuerpo. Sus ojos son dos volcanes. La lava ha desfigurado su rostro. Sus pies son dos calaveras de dos reyes del inframundo. Claramente, se ve que es una guerrera caprichosa, pero esperen, no se vayan de prisa. La muy cínica decidió abrir su vestidura y de adentro de ella salen sus amigos y vienen deprisa hacia mí y me rodean.
Ella y sus amigos me tentaron y lo vieron todo a través de mis ojos y supieron que sus vidas estaban en peligro. Intentaron escapar y no pudieron. No acataron el consejo de los casquillos regados en el barrio de su mundo. Es un despojo el que camina a mi lado. Mi fiel amigo ahora es quien conduce mis pasos. Soy mucho más poderoso ahora que tengo sus bienes y hacen de mi ego, y el de mis perros, un lunático fuego.
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